sábado, 30 de enero de 2016

Nadie es infalible

Aunque a nadie le gusta constatar que ha metido la pata, la humildad para aceptarlo y la disposición a enmendarlo y a no repetirlo son virtudes que hablan muy bien de quien actúa así. Y, desde luego, ante un error, lo que no debemos desaprovechar jamás es la posibilidad de aprender algo nuevo.

J. V.: ¡Cuánto nos cuesta reconocer que nos hemos equivocado!

-I. Q.: Pues no a todos en igual medida ni siempre, pero suele costar. Casi siempre nos gusta aparecer como infalibles y conocedores de todos los secretos de las tareas que afrontamos, y estoy de acuerdo contigo en que no es fácil. Pero como en casi todo... [Sigue leyendo en los diarios de Grupo Noticias]

jueves, 28 de enero de 2016

Dependencia emocional, esa maldición

Confundir el amor con la dependencia enfermiza de otra persona conduce inevitablemente a relaciones tormentosas en las que no es difícil que se llegue a los malos tratos. Querer sin querernos nos convierte en víctimas propiciatorias para personalidades narcisistas y agresivas que siempre están al acecho. Y si la dependencia es hacia una persona que no tiene la intención de aprovecharse, lo que conseguiremos será agobiarla y, quizá, ponerla en fuga.

sábado, 23 de enero de 2016

Tenemos que hablar

Incluso las relaciones más estrechas están expuestas a los malentendidos, los choques de un momento tonto o, por qué no, las diferencias. Cuando se dan esas circunstancias —o, incluso, si tan solo pensamos que han podido darse—, lo recomendable es tratar de evitar que la cosa vaya a mayores. Es preciso actuar rápidamente, con la sinceridad por bandera y, desde luego, dejando los reproches bajo siete llaves. En la mayoría de los casos funcionará. Y si no es así, por lo menos lo habremos intentado.

JV.- Para limar asperezas, lo primero es identificar que existen… y tener voluntad de hacerlo.
IQ.- Esto es como el asunto de pedir perdón. Si en un examen de conciencia no encuentras cosas que limar, difícilmente vas a poder conseguir el objetivo de limarlas. No debemos olvidar que hay varias combinaciones de elementos: una, que nuestro interlocutor no identifica nada anómalo y no vamos a conseguir limar nada; y otra, la inversa, que seamos nosotros los que no identifiquemos nada anormal, y entonces pasa lo mismo. [Sigue leyendo en los diarios de Grupo Noticias]

jueves, 21 de enero de 2016

Yo, mi, me, conmigo

Seguro que a su alrededor hay uno de esos tipos con el ombligo como el Taj Majal. Si solo es cuestión en ego grande, la cosa puede ser medianamente llevadera: bastará con tragarse sus batallitas... o con huir. Más complicado es cuando tenemos delante un narcisista de libro. Porque la cosa no se queda en el clásico "Yo, mi, me, conmigo". Hablamos de manipulación, acoso, abuso y varias formas de violencia mental y física.

sábado, 16 de enero de 2016

Reflexionemos

No desaprovechemos nunca la facultad de pensar. Darle una, dos, tres vueltas a las cosas es la mejor fórmula —aunque no infalible— para tomar una decisión correcta, si es que se trata de eso. Reflexionemos, por lo tanto, con calma y tiento… pero evitando hacernos trampas. No se trata de buscar argumentos para lo que ya sabemos que haremos. Y tampoco de cavilar tanto para evitar hacer lo que debemos.

JV.- Es de cajón: primero pensar, y luego hacer. Aunque la práctica ya suele ser otro cantar.
IQ.- Pues eso creo yo. Además, lo que suele pensarse tiende a salir mejor. No cabe duda de que en ocasiones, las decisiones tomadas de forma impulsiva dan buenos resultados, pero es lo menos frecuente. Cierto que cuando estas decisiones que se toman de esa manera salen bien, suelen tener mucha repercusión. [Sigue leyendo en los diarios de Grupo Noticias]

jueves, 14 de enero de 2016

Tomárselo todo a pecho

Llamémosle hipersensibilidad. Todos conocemos personas —si es que no somos una de ellas— que rumian las cosas mucho más que el resto... y que, por eso, mismo sufren más. Se toman todo como una cuestión personal, e incluso las tonterías sin importancia les hacen estar dando vueltas y vueltas.
En una versión más negativa, están quienes tienen la suspicacia siempre a flor de piel y creen que cada cosa, cada gesto, incluso cada silencio es una ofensa.

jueves, 7 de enero de 2016

Sin miedo al cambio

En general, nos cuesta mucho afrontar los cambios en nuestra vida. Incluso cuando son para mejorar, hay un sentido de la inercia que nos hace resistentes. No digamos ya cuando esos cambios se nos han impuesto o si se trata de cuestiones que han surgido de un día para otro. Sin embargo, hay que estar preparados. La capacidad de adaptación es una herramienta imprescindible.

sábado, 2 de enero de 2016

Subir sin pisar cabezas

Sin ambición no llegaremos a ninguna parte. En el mejor de los caso, seremos corchos flotantes a la deriva y al albur de los designios de otros. Siempre es bueno quererse y aspirar a mejorar… mientras no lo hagamos a costa de los demás. Ahí entraríamos en la dañina ambición de quienes están dispuestos a lo que sea por progresar. Y como todo les sabe a poco, su lista de víctimas no deja de aumentar.

JV.- Empecemos distinguiendo: hay una ambición positiva, la que nos hace progresar, y otra no tan buena, esa que lleva a algunos a pisar cabezas.
IQ.- Efectivamente. Esto es como la ansiedad y como el estrés. Ambas existen en proporciones convenientes y recomendables, y también en proporciones que te incapacitan y te pueden enfermar. La ambición sana se distingue de la insana en dónde está el rival. En la ambición sana es el propio conocimiento y las propias limitaciones el rival al que te enfrentas. En la insana es alguien que hace bien las cosas y al que el insanamente ambicioso se pone la obligación de vencer o someter, muchas veces a cualquier precio. [Sigue leyendo en los diarios de Grupo Noticias]