No resulta
fácil reconocer que se ha errado y, si procede, pedir perdón. Pero,
además de ser una muestra de valentía y entereza, la capacidad para
la autocrítica es enormemente sana. Entre otras muchas virtudes, nos
pone en paz con nosotros mismos y con los demás y nos ayuda a
mejorar como personas. Eso, claro, siempre que no nos pasemos con el
flagelo.
JV.- Bromeando, o quizá no, se decía que en la Unión Soviética de
los tiempos de Stalin se empleaba la fórmula “Compañero, vamos a
hacerte la autocrítica”… En algunas mentalidades, la cosa
funciona así.
IQ.- Pues
la verdad es que planteas una pregunta con muy difícil respuesta
porque si algo nos ha dejado claro la historia es que en los tiempos
a los que haces referencia, de bromas poco. [Sigue leyendo en los diarios de Grupo Noticias]
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