sábado, 27 de febrero de 2016

No se me va de la cabeza

De vez en cuando, resulta inevitable que un pensamiento invasivo tome al asalto nuestra cabeza y nos cueste sacarlo de ahí. Si no se repite con frecuencia y, sobre todo, si al cabo de un tiempo razonable, nos hemos liberado del intruso, no hay por qué alarmarse. Lo preocupante es cuando las obsesiones son recurrentes y se suceden sin solución de continuidad.

JV.- Qué maldición es ser obsesivo u obsesiva...
IQ.- Maldición, lo que se dice maldición, no sé si es. Depende de cómo lo veas y de la intensidad y/o arraigo de los rasgos. Es una maldición cuando te impide desarrollar una vida normal, pero como en todo, cuando la dosis de obsesividad no solo no te paraliza, sino que te ayuda a hacer el trabajo lo mejor posible, lejos de la perfección, no es una maldición sino lo contrario. [Sigue leyendo en los diarios de Grupo Noticias]

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