sábado, 23 de abril de 2016

Valientes con cabeza

Nadie con un par de dedos de frente puede decir que no teme a nada. El miedo nos acompaña de modo inevitable, y en no pocas ocasiones, para bien. La conciencia de los riesgos nos ayuda a evitarlos o, si eso no es posible, afrontarlos con la mayor dosis de racionalidad que podamos. Claro que todo esto no debemos confundirlo con el pánico como pauta de conducta. Una vez más, la virtud está en el término medio y en la capacidad de gestión de los peligros que no nos quedará más remedio que abordar.

JV.- Que levante la mano el o la que no haya sentido nunca miedo...
IQ.- Creo que no habrá nadie que la levante, y si lo hiciese alguien, seguro que es porque no reconoce como miedo una emoción que va ligada a la supervivencia. Creo que, en menor o mayor medida, todos y todas lo hemos sentido, y muchas veces para bien. [Sigue leyendo en los diarios de Grupo Noticias]

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