jueves, 28 de enero de 2016

Dependencia emocional, esa maldición

Confundir el amor con la dependencia enfermiza de otra persona conduce inevitablemente a relaciones tormentosas en las que no es difícil que se llegue a los malos tratos. Querer sin querernos nos convierte en víctimas propiciatorias para personalidades narcisistas y agresivas que siempre están al acecho. Y si la dependencia es hacia una persona que no tiene la intención de aprovecharse, lo que conseguiremos será agobiarla y, quizá, ponerla en fuga.

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